Uno de mis hijos me ha abierta este bog. Es un regalo original. Cierto que me gusta escribir. Creo que escribo mucho mejor que hablo. En castellano y en inglés. Mis mejores atuaciones en la vida han sido por escrito. No me refiero a mis novelas inéditas, sino a las cartas que escribía a mi novia, ahora mi mujer y a las pocas veces que comuniqué ideas, directrices o pensamientos a mis hijos cuando eran adolescentes, ante la incapacidad de hacerlo cara a cara.
No solo con mis hijos. Los numerosos montajes de fotos y música que regalaba periódicamente a mi mujer contenían sistemáticamente el mismo mensaje: quizás el día a día me impide expresarlo de la forma que a tí te gustaría, pero te he querido siempre y te sigo queriendo.
Me siento especialmente orgulloso de una misiva, una especie de contrato, que lancé al segundo cuando tenía ventipocos años. Llevaba 3 años ejerciendo de estudiante, pasando de escuela en escuela sin ningún resultado. Era, y soy, consiente de su enorme potencial. Pero también era evidente que prefería la guitarra, los amigotes y la cerveza a hicar el codo lo suficiente para aprobar.
Un día le lancé un ultimatum. Si no aprobaba en Junio le llevaría conmigo a Barcelona, donde vivía solo, para forzarle a estudiar. Si en Septiembre no había pasado de primero, dejaría de pagarle los estudios y le pondría a trabajar.
Sabía que estaba jugando al póker. Ya era mayor de edad y podía decirme simplemente que en Barcelona no se le había perdido nada. Tampoco los sindicatos hubieran permitido que el hijo de un Directivo entrara a trabajar en la empresa. Pero funcionó.
Ví la misiva clavada con una chincheta en su mesa de estudio. En Junio, sorprendentemente, acabó primero. Al año siguiente se pagó él la matrícula. Y los siguientes. Que yo sepa, dejó de preocuparme, nunca volvió a suspender una asignatura.
Dos años más tarde acabó una ingeniería técnica. En la primera página de su proyecto fin de carrera incluyó esta dedicatoria:
"A mi padre que me forzó cuando era un inconsciente y ma apoyó cuando dejé de serlo"
Pensé que si existiera el título oficial de Padre, ese día me había graduado.
domingo, 6 de enero de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario