martes, 6 de mayo de 2008

P6 La Música

La música POP

Nadie, que no haya nacido alrededor de 1950, podrá entender lo que la música representó para nuestra generación. Cuando tenía quince años, todo lo que se oía por la radio eran seriales como "Ama Rosa", música de cuplé o tangos.

A nosotros nos gustaban Los Beatles, los Kings y los Rolling. Además, los hacía aún mas atractivos el hecho de que a nuestros padres y hermanos mayores les pareciesen absolutamente repugnantes.- Mira que pintas- decían. -Parecen Maricones con esos pelos.-

El pelo era una obsesión. Era importantísimo llevarlo tan largo como el resto de los amigos, demostrar que a ti te dejaban, que tu padre no te humillaba haciéndotelo cortar. Era todo un símbolo de la lucha generacional.


Que me perdone mi hermano Javier, que mas tarde se las dio de muy moderno, pero cuando hablo de Generación me refiero a una perfectamente definida, a la que él no tuvo el placer de pertenecer. Nosotros fuimos los primeros en conocer que un tocadiscos podía ser una herramienta de provocación. Disfrutamos de un tipo de música con la total oposición del resto de la familia. Un hecho significativo: cuando mis hijos tenían catorce o quince años, les puse a todo volumen MY GENERATION de los WHO. - ¡Apaga ese ruido!,¡Estoy estudiando!- dijeron, y me sentí desconcertado. Las mismas palabras la había empleado 30 años antes Javier, que sólo era cuatro mayor que yo. Definitivamente mi generación era la generación de MY GENERATION.

Además de gustarnos la música como medio de diferenciarnos, nos gustaba la música en sí. Había un programa en la radio, en el que al concursante le ponían un disco, y le pedían que identificase la canción y el autor en el menor plazo de tiempo posible. Los expertos, adivinaban ambas cosas en la primera décima de segundo. El concurso sonaba algo así como así:

Tunnnn,
-¡ALTO!, ¡Day Tripper, de Los Beatles!
-¡Correcto!
-Tun tin,
-¡ALTO!, ¡Turn, Turn, Turn, de los Birds!
-¡Correcto!

Y así sucesivamente. Tenía un amigo, que se llamaba Olavide, que era un verdadero especialista. Dormía con la radio de pilas bajo la almohada, oyendo a Ángel Alvarez en el programa "Vuelo 605", para enterarse de las últimas novedades. Aunque nunca llegó a participar, acertaba las canciones antes que la mayoría de los concursantes.

A otros, no sólo nos gustaba oír música, sino también tocarla. Aprendí a tocar un poco la guitarra, al mismo tiempo que todos los de mi pandilla, en el muelle de Luanco.

Por las noches, salíamos a beber y a cantar al muelle. El sitio tenía mucha lógica, pues podíamos berrear si molestar a nadie. Las casas mas próximas estaban a unos trescientos metros.

Nos sentábamos cerca de los astilleros, y cantábamos habaneras, asturianadas y cosas por el estilo. Se cantaba en serio, tratando de hacer distintas voces. Alguno, Cesar Pola por ejemplo, tocaba la guitarra de verdad, haciendo acordes de samba que nos sonaban a música celestial.

También me acuerdo de Marili y su hermana, que cantaban a dos voces y hacían que el resto nos callásemos. Probablemente si alguien las hubiese grabado, el resultado sería decepcionante, pero por la noche, con el ruido del mar de fondo, con la luna reflejándose en el agua y con unos vasos de vino encima, el efecto era indescriptible.

La pandilla tenía su propio repertorio de canciones. Algunas muy corrientes, como "Debaxu del molin..", pero otras únicas, como el "Oh Yilegueeee", que gritaba Toñin con las venas del cuello a punto de reventar, y que repetíamos todos como en una letanía. Toño juraba que era una canción de Nina & Frederik, pero conociendo otras canciones de Nina & Fraderik, a los demás nos parecía mas que extraño.

En el 67, creamos nuestro propio grupo. Se llamaba "Los Herederos de la Viuda de Valeriano García", lo que para la época era mas que innovador. En ese momento, todos los conjuntos se llamaban "Los Algos", o como mucho "The Something". Yo tocaba la batería, a pesar de que Rafa era mucho mejor. Pero él también era mucho mejor como vocalista. En la guitarra de punteo estaba Luis, y a los bajos y acompañamiento Pachucho.

Ensayábamos en mi casa, con guitarras españolas, a las que adaptábamos unas "pastillas" para enchufar en la parte de atrás del pick-up y una "batería" fabricada artesanalmente con unas panderetas y un chaxton de segunda mano. Me acuerdo de repetir cientos de veces los mismos acordes bajo la dirección de Rafa, que era un perfeccionista. Nos echaba unas broncas de miedo, sobre todo al pobre Luis, cuando a éste se le escapaba algún punteo demasiado recargado, del tipo que hacen los de la Tuna. Pero cuando a la vez ciento una nos salía bien, sentíamos un placer excepcional. Me puedo imaginar muy bien la sensación que deben sentir los componentes de una orquesta de cámara, cuando todo suene perfecto.

Además de tocar en casa, tocamos un par de veces en festivales organizados por "Los Monarcas". Los Monarcas era un grupo formado por unos de mi clase. Se habían gastado una pasta en instrumentos, y para pagar los plazos, organizaban actuaciones "benéficas" en salas de actos de colegios de niñas, después de convencer con mucho esfuerzo a la Madre Directora.

Nuestro repertorio estaba compuesto por "Gloria" de los Shadows of the Night, y "Susana" de los Birds. Rafa cantaba en Inglés, y nosotros le coreábamos, sin que ninguno tuviese ni puñetera idea de lo que decíamos. Me imagino que cualquier parecido con la letra original sería pura coincidencia. Le echábamos una cara tremenda, pero las actuaciones eran apoteósicas. Acostumbrados a las guitarras españolas y las panderetas, tocábamos fortísimo en los instrumentos de verdad. Según los críticos de la época, Olavide, Juan Ferrari... sonábamos bien y dábamos impresión de mucha seguridad.

Años mas tarde, después de conocer a Sally, también probamos a cantar Folk en con Julia y Miguelito. Aunque era otra cosa, mucho menos en serio, disfrutamos también de lo lindo.

Cuando José cumplió 14 años, en Atlanta, le compré una guitarra eléctrica. El no la había pedido, y supongo que se habrá quedado mas que perplejo. Enseñarle los acordes y verle hacer los primeros pinitos imitando a Guns and Roses ha constituido uno de los momentos entrañables que hemos compartido.

Me sorprendió mucho comprobar que el fenómeno de la música POP como aglutinante no era sólo Español. Películas como Quadrofínia, muestran escenas de la Inglaterra de la época, que podrían haberse grabado en Madrid, con la excepción de que aquí no había Moods ni Rockers. La elección era que te gustase la música de los Beatles, despectivamente ser un "ye-ye", o que te gustase Raphael y los folclóricos.

Hoy, la música de los sesenta es un elemento de consumo masivo. Muchos de mi generación disfrutan, disfrutamos, oyendo a los Surf cantar "Tu serás mi Babe" en grabaciones en compact disk, en las que se oyen cosas que entonces no oíamos, y sobre todo, se elimina el "Fritzzz" que oíamos entonces. Además, como aprendimos a hablar en inglés, pudimos disfrutar de las letras, aunque en muchos casos, hemos descubierto que éstas no eran ni la mitad de buenas de lo que pensábamos. Yo creo que ya intuíamos que a los Beatles sólo les interesaba coger la mano de su chica y que ella les quisiese para siempre, pero no acabo de entender cómo nuestros ídolos, B.Dylan, J.Baez, Donovan... con esas letras pudieron ser considerados "de protesta" en Estados Unidos, y tener tanta influencia, apoyando a los movimientos pacifistas, como para ganar, perdiendo, la guerra del Vietnam.

No hay comentarios: